Semana mundial de la crianza en brazos.
En la primera semana de octubre se celebra, en todo el mundo, la Semana Internacional de la Crianza en Brazos. Esta semana se instituyó desde el 2008 y el objetivo es educar a toda la población sobre los beneficios que tiene la crianza en brazos. “Abrazos que nutren” es el lema de este año 2023. Cuando pensamos en crianza en brazos, creo que lo primero que se nos viene a la mente es ese prejuicio que siempre nos dicen a los nuevos padres, “no lo tengas mucho en brazos porque eso lo malcría”.
Como madres y padres siempre buscamos hacer lo mejor para nuestros hijos e hijas pero cuando cuando escuchamos repetidamente estos prejuicios nos pueden preocupar porque vemos que nuestro hijo necesita estar en brazos y lo pide, entonces no sabemos qué hacer, porque nos dicen que eso lo malacostumbra o lo malcría, cuando en realidad es lo que el bebé necesita.
La información me brindó herramientas para decidir que era lo mejor para mi bebé y familia, por eso quiero hoy compartirte lo que hablé con María Elena Bonnefon al respecto, ella es psicóloga y psicoterapeuta corporal reichiana, asesora de porteo y de lactancia, psicóloga perinatal y la mayoría la conocen por Mariel, una referente en el porteo ergonómico en Uruguay.
La cultura del porteo
Debemos pensar que en realidad cargar en brazos a las crías es lo más antiguo para los humanos y que el cochecito y otros sistemas de transporte se inventaron muchos años después, en el siglo XVII, que en un principio era simplemente un juego para los niños de los nobles, y pronto se popularizó como señal de estatus económico y social. Hablar de cultura del porteo es hablar de porteo tradicional. Es reconocer que todas las culturas humanas han porteado, aunque como occidentales modernos lo hayamos olvidado.
Entonces, la necesidad de reeducar sobre la crianza en brazos responde a pensar en las necesidades de contacto de los bebés y en la fisiología del recién nacido, somos los mamíferos que nacemos más inmaduros y tenemos todo un año por delante, luego de salir del útero materno, antes de poder caminar por nuestros propios medios.
Cuando hablamos de porteo nos referimos a llevar al bebé en un portabebé, para que sea más práctico para el adulto mientras hacemos los quehaceres, mandados y demás. El porteo tiene muchísimos beneficios para el bebé y para el adulto.
¿Qué necesidades cubre?
Básicamente, necesidades de dos tipos: la necesidad del bebé de estar cerca para sobrevivir y la necesidad del adulto de seguir con un ritmo de vida ya adaptado. Necesidades del bebé:
- Contacto piel con piel.
- Regulación de la temperatura corporal.
- Sentirse sostenido, contenido.
- Amamantar cuándo y cuánto lo desee.
- Ver el mundo desde la altura y las actividades del adulto, integrándose así a la vida en comunidad.
Todas estas necesidades genuinas de la cría humana al nacer, y que continúan durante varios meses, son cubiertas, básicamente, por el hecho de criar en brazos. Los seres humanos nacemos para pasar otros nueve meses, aproximadamente, en los brazos de nuestros padres o adultos de referencia, lo que se llama exterogestación.
Pero dichos adultos de referencia no pueden pasar nueve meses sin usar los brazos. El porteo cubre entonces, una necesidad también de los adultos: la de conciliar el cuidado de las crías con el trabajo, las tareas cotidianas, e incluso el cuidado de otros hijos mayores u otros miembros de la familia.
Está comprobado que los bebés que son porteados lloran menos, regulan mejor su ritmo respiratorio y cardíaco, se calman cuando están enfermos o con fiebre. El porteo ayuda a estimular el apego seguro y calma al bebé en los momentos de cólicos. Por supuesto es necesario elegir un buen portabebé y con esto nos referimos a que sea ergonómico.
¿Qué es el porteo ergonómico?
La ergonomía es una disciplina que estudia todas las tareas realizadas por el hombre. Evaluando diversos factores (físicos, biomecánicos, entre otros) e intenta lograr su objetivo: que realizar la tarea implique el mínimo posible de estrés para las articulaciones y músculos de quien la realiza.
En el porteo tenemos la particularidad de que hay dos personas involucradas: porteador y porteado. Y éste último además, es un ser en desarrollo, así que sus articulaciones y musculatura están en evolución y sus necesidades cambian con el tiempo.
Por eso insisto siempre en que el portabebé sea adecuado, porque así se tiene en cuenta las necesidades de desarrollo del bebé y además tiene beneficios para el cuerpo del adulto que no ve afectados sus músculos con contracturas, mientras le da al bebé el contacto que necesita.
Portear previene la depresión postparto
Entre los beneficios para el adulto que portea, en este caso para la madre, también tiene beneficios para su salud mental. Se ha comprobado, al igual que con la lactancia, que aquellas madres que portean a sus bebés tienen menor riesgo de sufrir depresión.
El contacto directo calma no solo al bebé, sino también a la madre, ya que activa la cadena de la oxitocina, volviéndola más relajada y receptiva a las demandas del bebé. En la situación de porteo, esa estimulación para la mamá puede ser tan simple como sentir el cuerpo de su bebé descansando tranquilamente sobre el suyo.
El Instituto de Investigación del Tacto, de la Universidad de Miami, demostró que el contacto físico sostenido en el tiempo y coherente con las necesidades, disminuye los niveles de cortisol (la hormona del estrés) en sangre, baja la presión arterial, estimula el sistema inmunitario y la secreción de endorfinas, y disminuye la tendencia a la depresión y la sensación de soledad.
Además los bebés porteados lloran menos, sufren menos de cólicos, duermen mejor, se alimentan más frecuentemente. Las mamás al portear cuidan también su cuerpo, su postura, sufren menos dolores de espalda y se sienten más capaces al tener sus manos libres para atender sus propias necesidades o incluso a otros hijos, si los hubiera. Disminuyendo también el estrés de la vida diaria, que se puede sentir abrumador en las primeras semanas posparto, que estamos recuperándonos, y reconociéndonos después del nacimiento, con mucho para hacer y además cuidar del bebé que conlleva todo un cambio de rutina y de adaptarse a sus necesidades.
Si la mamá ya está abrumada o lidiando con síntomas depresivos, el porteo también la ayudará a recuperar contacto con su bebé, calmando el estrés de ambos.
El porteo también facilita, al dar manos libres a la mamá, el poder salir de casa y disfrutar de actividades sociales o al aire libre. Ambas son recomendaciones para prevenir primaria o secundariamente la depresión.
Tanto la lactancia como el porteo son, además, decisiones personalísimas de crianza. Todas las mujeres que hemos maternado en nuestra cultura hemos sufrido la presión social, críticas y consejos no pedidos de todos los que nos rodean, como ya mencionamos al principio. Recibir tantos mensajes agota, confunde y estresa. Y puede desencadenar o agravar síntomas de ansiedad y depresión.
Vivenciar la práctica del porteo puede ser un gran alivio y disfrute para la mamá y a su vez un enorme punto de apoyo.
¿Qué necesitás para portear?
Si decidiste empezar a portear lo ideal es buscar una asesoría o taller de porteo ergonómico, si ya porteas pero aun sentis molestias o incomodidad tuya o del bebé tambien es una buena oportunidad para revisar de que manera pueden sentirse mejor.Ya que en el mercado existen muchísimos portabebés que NO son aptos para ninguna etapa de tu bebé o solo para algunas etapas.
Es importante que el portabebé dé contención y que respete a ambos cuerpos el del bebé y el de la mamá o papá o a cualquier adulto que portee, por lo tanto es importante y fundamental tener en cuenta las necesidades de ambos en cada etapa por esto es que es necesario contar con un referente en porteo o realizar alguna asesoría o asistir a un taller para elegir adecuadamente el portabebé que luego será nuestro aliado en el dia a dia.