El embarazo y la maternidad en su conjunto comprenden un nuevo estado para la mujer, que implica cambios físicos, rítmicos, vinculares y emocionales. Todos estos cambios tienen el objetivo de prepararla (a ella y a su entorno) para la transformación vital que atraviesa, para convertirse en madre y prepararse para el cuidado de su peque.
En este sentido Ibone Olza, sostiene que el vínculo que esa nueva madre y ese bebe tengan, dependerá en gran parte del sostén que reciba la madre.
El proceso de convertirse en madre, que los antropólogos conocen como matrescencia, es algo muy poco explorado y contemplado por la sociedad. Es importante en este sentido tener en cuenta que la historia de cada mujer, sus modelos de madres, su experiencia como hija, cómo fue su crianza, el contacto con madres de su entorno cercano, afecta y condiciona su forma de ser madre. Las madres con mayor conciencia y más en contacto con sus propias emociones pueden ser más empáticas con las emociones y acompañar mejor a sus bebés, tomando en cuenta y satisfaciendo las necesidades de éstos.
La salida de la mujer al mercado laboral, hace que a los desafíos antes mencionados, se sume el desafío de conciliar la maternidad y los cuidados, con la vuelta al trabajo. Conciliar la vida laboral y familiar significa compatibilizar el trabajo remunerado con las tareas de puertas adentro, además de con la crianza de hijos e hijas y las responsabilidades familiares.
En los últimos años la sociedad en su conjunto, las organizaciones de derechos y muchas empresas en particular han tomado contacto con la importancia de cuidar la maternidad, como beneficio para la díada mamá-bebé, para la familia, para la organización en sí y para la sociedad.
El respaldo de la sociedad, el apoyo de las Empresas, el compromiso de la pareja, de la familiar y de pares en la maternidad y paternidad, sobre todo en etapas tempranas, ha demostrado proporcionar un espacio de seguridad, fortalecer las redes, un cuidado más consciente del niño y la niña pequeños, un mejor reintegro a la vida laboral y mejorar duración de la lactancia.
Está comprobado que, cuando una madre se siente comprendida, siente que desde su lugar de trabajo empatizan con ella, se siente respetada, escuchada y validada en sus emociones, su capacidad de maternar y sostener a sus hijos e hijas aumenta. Generando un estado de mayor bienestar, más saludable, que le permitirá también poder integrarse de mejor manera a sus tareas laborales.
“Dar a luz una nueva identidad puede ser tan exigente como dar a luz a un bebé. Convertirse en madre es un cambio de identidad y uno de los cambios físicos y psicológicos más significativos que una mujer experimentará jamás” Daniel Stern y Nadia Bruschweiler.
En este momento tan trascendental de una mujer, como es el convertirse en madre, su entorno debe poder acompañarla. Conformando un red de contención que pueda sostenerla a ella, a su bebé y a hijos e hijas más grandes si los hay.
¿Qué características debería tener esa red?
- Ser vivenciada como real
- Acompañar en los difieres desafíos, para que criar no sea tan solitario
- Permitir a las mujeres madres compartir su sentir
- Habilitar la comunicación abierta y fluida, que reconozca y valide las diferentes emociones
- Ser sostén con escucha empática y sin juicios
- Hacer más liviana la maternidad
- Romper con mandatos de la maternidad y con la culpa materna y habilitar la comunicación de lo que necesita.
La Empresa donde trabajan estas mujeres no debería estar ajena a esto. Es importante reconocer que esa mujer madre que se fue embarazada con su licencia maternal, no es ni física, ni emocionalmente la misma que se reintegra luego de tener su bebé al trabajo.
En este sentido es necesario que las empresas, empleadores, jefes, compañeros y compañeras tengan en cuenta esto y visibilicen los cambios que esa mujer ha tenido. No solo en los niveles que mencionaba, sino también en la conformación de su familia, en la calidad del descanso, en el impacto que la vuelta al trabajo tiene, en dejar a su bebé por primera vez tantas horas, en la red que tenga para sostener eso y en el deseo que tenga de volver a la jornada de trabajo.
Habrá madres que necesitarán/querrán volver al trabajo, por todo lo que significa y habrá otras que no, que sienten la necesidad de continuar con su bebé. Esta vivencia es muy personal. Sí es real que cualquiera sea la situación la vuelta al trabajo será un gran desafío para esa madre.
Las mujeres no deberían verse obligadas a elegir entre el cuidado de sus hijos e hijas y su trabajo o su desarrollo profesional.
Así que si sos parte del entorno de esa mujer madre que se reintegra al trabajo, también podes ayudar:
- Si ocupas lugares de liderazgo: Brindando condiciones que faciliten su vuelta al trabajo, flexibilizando, dando garantías, respetando su horario por lactancia, respetando el tiempo en el día que le corresponde para la extracción de leche, contemplando la etapa en el que está, teniendo información actualizada de lo que implica el período vital de esa mujer.
- Si sos su compañera o compañero de trabajo: Podés aportar preguntándole cómo está, si necesita ayuda con algo, respetando sus decisiones, siendo sostén y escucha empática, ayudando si ella lo necesita en las tareas, siendo paciente y entendiendo que está transitando por muchos cambios y se está readaptando a la vida laboral.
Generar un espacio de reflexión sobre la maternidad, encontrarnos con nuestras vivencias, poder hablar de ello, poder compartir con otras, sentir que no estamos solas en esto, son algunos aspectos favorecedores.
¿Pero qué garantías tenemos para que todo esto se dé?
La maternidad debe ser protegida en todos los aspectos; la normativa vigente la comprende desde la gestación y apunta a garantizar que la trabajadora transite su embarazo y maternidad manteniendo su fuente de trabajo y sin que le sean vulnerados sus derechos laborales.
Poder co-construir una crianza saludable contemplando el desarrollo personal de las mujeres madres es un nuevo paradigma y un gran desafío. O así debería serlo, si bien sabemos que queda mucho por hablar, por pedir, por reclamar y por hacer.
Un nuevo paradigma donde la maternidad, la crianza y las infancias se pongan en el centro, no sólo como un hecho que nos compete a las mujeres madres, sino como responsabilidad familiar, social y cultural. Logrando diseñar e implementar los cambios que sean necesarios para empatizar con la necesidad de dar un tiempo especial, de transición, de conexión con la nueva vida, la que nace y la nueva vida íntima, familiar y extendida.
De esto y seguro que de algunas cosas más hablamos en el segundo episodio del Podcast Criando Conversaciones, que hacemos con la Psicóloga Micaela Calo (encontrala en instagram como @psicomicas). Ahí dos mamás como vos, compartimos historias, cosas que nos pasaron y reflexionamos sobre eso que nos pasa a nosotras, pero que seguro también conecta con algo que te pasa a vos. ¿Te sumas a criar conversaciones?
@mamanosabetodo | Romina Patriarca | Psicóloga | +598 99 883 939