En el artículo de hoy les presentamos algunas investigaciones que han demostrado como el contacto físico o su ausencia son determinantes de cambios a nivel biológico, a corto y largo plazo, en el organismo y desarrollo de los bebés, generando incluso un impacto en su salud adulta.
A nivel molecular
Una de estas investigaciones fue publicada en el año 2017 en la edición de la revista Development and Psychopathology por la Facultad de Medicina “The University of British Columbia” y el Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Columbia Británica, donde se comprobó que la cantidad de contacto cercano y reconfortante entre los bebés y sus cuidadores puede afectar a los niños a nivel molecular.
Datos del estudio
En el estudio participaron 94 bebés sanos de 5 semanas a cuyos padres los investigadores les pidieron que llevaran un diario del comportamiento de estos (como dormir, quejarse, llorar o alimentarse), así como de la duración del cuidado que implicaba el contacto corporal. Cuando los niños tenían alrededor de 4 años y medio, se tomaron muestras de ADN tomando muestras del interior de sus mejillas.
Resultados
Los científicos encontraron diferencias consistentes de metilación entre los niños de alto y bajo contacto en cinco sitios específicos de ADN.
Los niños que experimentaron mayor angustia y recibieron relativamente poco contacto tenían una “edad epigenética” que era más baja de lo que se esperaría, dada su edad real. Una discrepancia entre la edad epigenética y la edad cronológica se ha relacionado con la mala salud en algunos estudios recientes.
En síntesis
El estudio mostró que los niños que habían estado más angustiados cuando eran bebés y habían recibido menos contacto físico tenían un perfil molecular en sus células que estaba subdesarrollado para su edad, lo que apunta a la posibilidad de que estuvieran rezagados biológicamente (Sostener a los bebés, o no, puede dejar rastros en sus genes – Facultad de Medicina de la UBC)
Otros estudios similares:
- Estudio de Cameron et al. (2004): En un estudio pionero, se encontró que la crianza con contacto físico regular en ratas influía en la metilación de genes asociados con la respuesta al estrés. Las crías que recibieron más cuidados maternos mostraron una mejor capacidad para manejar el estrés en la edad adulta.
- Estudio de Meaney (2010): Este trabajo extendió los hallazgos a los humanos, demostrando que el contacto físico y el cuidado parental afectan la regulación epigenética de los receptores de glucocorticoides, esenciales para la respuesta al estrés.
- Estudio de Weaver et al. (2004): Otro estudio en roedores indicó que el contacto físico afecta la metilación de genes relacionados con el desarrollo neuronal, influyendo en la plasticidad sináptica y, por ende, en la capacidad de aprendizaje y memoria.
- Estudio de Michael Meaney y colaboradores (2007): Sugiere que el contacto físico temprano puede influir en la estructura del cerebro, impactando áreas relacionadas con la emoción y la cognición.
- Estudio de Field (2010): El contacto físico se asocia con la reducción de los niveles de cortisol y un aumento en la producción de anticuerpos, fortaleciendo el sistema inmunológico del bebé.
En síntesis:
Estudios como los mencionados más arriba han mostrado cómo la interacción física, como el abrazo y el contacto piel con piel, puede influir en la expresión de genes y en el desarrollo general del niño.
Los bebés que experimentan contacto físico adecuado pueden tener una regulación epigenética que reduce la reactividad al estrés, protegiendo contra trastornos de ansiedad y depresivos en la edad adulta.
El contacto físico puede influir en la metilación de genes involucrados en el crecimiento y la reparación celular, lo que afecta el desarrollo físico y neurológico del bebé.
El contacto físico temprano es crucial no solo para el bienestar emocional inmediato de los bebés, sino también para su desarrollo a largo plazo.
Al influir en la epigenética, el contacto físico puede establecer patrones de regulación genética que impactan la salud mental, emocional y física durante toda la vida.
Recuerda que dejar llorar o no levantar en brazos a tu bebé cuando lo necesita, no debe ser una práctica habitual de crianza. El contacto físico está más que demostrado que tendrá siempre un impacto positivo en su desarrollo.
@enbrazosesmejor.uy | Inés Alfonsín (Asesora de Porteo Ergonómico ) |ines3785@gmail.com