Cuando lograr el embarazo, es un problema de salud
Si pensamos en un embarazo, a priori tenemos el concepto que solo implica dejar el método anticonceptivo y esperar a que suceda la magia. Pero para 1 de cada 6 personas esto no sucede así.
La infertilidad según la OMS es una patología del sistema reproductor caracterizada por la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales no protegidas. Ésta se ha situado como uno de los problemas principales de la esfera reproductiva en los países con transiciones demográficas, asociadas al retraso voluntario del plan reproductivo con un incremento de la edad de la maternidad, con el consiguiente envejecimiento germinal.
En Uruguay, desde el año 2013 existe la Ley de Reproducción Asistida que regula y garantiza el acceso a las técnicas de reproducción asistida para toda la población, y esto fue y es un gran avance para las parejas con diagnóstico de infertilidad.
Según datos del Fondo Nacional de Recursos 6,4 mujeres de cada 1.000 hacen uso de estas técnicas en Uruguay.
El asombroso desarrollo de la tecnología ha permitido mejoras en la eficacia, seguridad y aceptabilidad de los tratamientos de reproducción asistida, pero quizá ha relegado a un segundo plano, la preocupación sobre el paciente “como ambiente” y “en su ambiente”. (Federico Pérez Milán. Presidente de la Sociedad Española de Fertilidad)
Explorando la fertilidad a través de la Psico Neuro Inmuno Endocrinología (PNIE)
La fertilidad desde la perspectiva de la PNIE aboga por un enfoque integrativo que combina la medicina convencional con la medicina complementaria. Está basada en el paradigma de la medicina integrativa como un nuevo modelo de salud integral centrado en la persona y como una unidad cuerpo – mente – entorno.
Desde esta óptica, la fertilidad y la salud reproductiva no está separada de la salud integral y por lo tanto responde a la interconexión de los sistemas nervioso, endócrino e inmune que funcionan bajo el influjo de estímulos internos (cuerpo – mente) y externos (entorno).
Por esto es que podemos influir en forma indirecta en el eje hormonal femenino por ejemplo, trabajando aspectos del sistema inmunitario, del sistema nervioso, mentalidad y entorno; o de la nutrición y el estilo de vida.
La escalera de la salud fértil
Parece simple decir que es importante empezar por el principio cuando se plantean dificultades en el logro del embarazo.
Si queremos emprender la búsqueda de embarazo como un viaje consciente hacia la maternidad, debemos entender que el primer peldaño de la escalera de la salud fértil (que por cierto es esa serie de pasos que nos van a llevar a un embarazo sano y a un recién nacido vivo en casa), es el de conseguir un ciclo menstrual saludable.
El ciclo menstrual es el quinto signo vital y es un invaluable indicador de nuestra salud hormonal. Lamentablemente la vida moderna ha hecho que vivamos desconectadas de esta sabiduría ancestral que tanto necesitamos.
Dedicar tiempo a estudiar y entender sobre diferentes aspectos de la fertilidad, el ciclo menstrual, la ovulación, y nuestra danza hormonal, es el primer paso para iniciar la búsqueda de embarazo.
Cómo empezar a optimizar la fertilidad
Siempre es buen momento para mejorar la fertilidad, ya sea cuando iniciamos una búsqueda de embarazo natural, y también cuando existen dificultades y se requieren tratamientos de reproducción asistida. Debemos aprender a diferenciar entre aquellos factores que no podemos modificar y aquellos que sí para redireccionar nuestras acciones.
Los factores no modificables son la edad y la reserva ovárica.
El proceso de envejecimiento celular es el resultado de múltiples factores biológicos, destacándose el declive hormonal y una mayor generación de radicales libres (estrés oxidativo). Debería ser un proceso fisiológico y natural, pero debido a nuestro estilo de vida moderno y poco saludable, no sólo aceleramos su velocidad, sino que también adelantamos su aparición.
En cuanto a la reserva ovárica, las mujeres nacemos con la cantidad de folículos que vamos a tener durante toda nuestra vida y que se van a ir “gastando” mes a mes (aunque tomemos anticonceptivos). Por tanto no es posible recuperarlos una vez que han disminuido.
Las ventanas de oportunidad para la fertilidad
La visión de la medicina integrativa va un poco más allá de los factores no modificables, porque plantea “ventanas de oportunidad terapéutica”, sobre las que sí podemos actuar conscientemente.
Estas ventanas de acción son tendientes a:
-Autoconocimiento de la ventana fértil
-Mejorar la CALIDAD del óvulo y espermatozoide
-Mejorar la receptividad endometrial
-Mantener a raya el estrés
-Mejorar las vías metabólicas de eliminación de tóxicos
-Restablecer el equilibrio de las microbiotas
-Redefinir creencias limitantes inconscientes
-Disfrutar del proceso como un camino de transformación y superación personal
Volver al orígen
Como verás no se requiere demasiada tecnología ni análisis clínicos sofisticados. En vez de buscar en nuestros genes la respuesta a problemas que muchas veces fueron creados por nuestro estilo de vida actual, deberíamos enfocarnos en cambiarlos (#epigenética). En reproducción, el factor anatómico (factor tubárico o uterino) o genético existe (Síndrome de turner, Síndrome de Klinefelter, mutaciones del gen de la fibrosis quística), y muchas veces requiere de reproducción asistida, como me pasó a mí. Pero también existe un gran porcentaje de patologías causantes de infertilidad que pueden ser abordadas con excelentes resultados en forma complementaria desde la medicina integrativa.
Además, la reproducción asistida no tiene 100 % de efectividad, por tanto sumar este tipo de enfoques puede incidir en las posibilidades de éxito de los tratamientos
En qué enfocarse:
Optimizar la alimentación y suplementar según objetivo individual y evaluación clínica.
Disminuir disruptores hormonales
Mejorar la calidad del sueño
Movimiento y ejercicio físico
Adaptación y tolerancia al estrés
Salud y microbiota vaginal
Acompañamiento y conocimiento de todas las etapas
Es importante tener conciencia de que el proceso de reproducción asistida está diseñado con criterios de efectividad y eficiencia, es decir, en cada ciclo el objetivo es lograr la mayor cantidad de ovocitos y embriones posible. Pero cantidad no significa calidad.
Es por esa razón que el abordaje integrativo empieza a tener gran relevancia, ya que pone en el centro la salud integral de la pareja y le devuelve las riendas del proceso, sentando las bases del futuro embarazo y niño por nacer. Se requieran o no tratamientos de reproducción.